¿TIENE CARÁCTER VINCULANTE LA CONSULTA QUE HA CONVOCADO LA OPOSICIÓN PARA ESTE 16 DE JULIO?
Por: Adriana Castaño - Centro de Estudios Económicos y Sociales (CEES)
La
oposición Venezolana llamó para el próximo 16 de julio a un plebiscito, evento
a partir del cual piensan legitimar y radicalizar su proceso de desacato e
insubordinación. De manera rápida, uno de sus más reconocidos asesores, el
economista Luis Vicente León salió en los medios a corregir a los voceros
opositores, haciendo claridad de que se trata de una consulta, pues la figura
de plebiscito no está en la Constitución de Venezuela.
Esta
convocatoria a la consulta, pretenden sustentarla
en los artículos 333 y 350 de la Constitución, los cuáles plantean:
Artículo 333: Esta Constitución no
perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere
derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal
eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad,
tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia.
Artículo 350: El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición
republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá
cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores,
principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos
humanos.
Esta
construcción parte de un supuesto falso sobre la existencia de una dictadura en
Venezuela, caracterización que ningún país del mundo se ha atrevido a respaldar
por el simple hecho que en Venezuela a pesar de las imperfecciones y posible autoritarismo procedimental, el
régimen político es la expresión de la mayor garantía de derechos civiles y
políticos y en consecuencia carece de un aparato de terror que ejerza una
práctica abierta de terrorismo de estado. Otra cosa es la construcción de
postverdades que falsean la esencia republicana del orden político como
verdadero eje articulador del orden político.
La
consulta tiene como intención explícita “consultarle al pueblo” sobre las
decisiones que han tomado los poderes públicos al convocar a una asamblea
nacional constituyente, pero las preguntas distan mucho de este argumento.
Las preguntas de esta consulta son:
-
¿Rechaza y desconoce la realización de una asamblea nacional
constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo
venezolano?
-
¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y
defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea
Nacional?
-
¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de
acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de
elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?
La primera
de ellas Rechaza y desconoce la realización de la asamblea nacional constituyente,
pero de entrada la pregunta está viciada, dado que manipula y desconoce que el
artículo 47, 348 y 349 de la Carta Magna facultan al presidente de la
República, para convocar a un proceso Constituyente, sin ninguna consulta
previa, como efectivamente se ha hecho.
La segunda,
demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la
Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional,
es una clara incitación al golpe militar,
es la continuación de su camino golpista, de desconocimiento de la
propia constitución de 1999 que afirman defender.
La tercera
pretende violentar el período constitucional del presidente de la república, el
cual es de 6 años y se vence en
Diciembre del 2018. Sus argumentos son taimados y evidencian justo la intención
de desconocer el gobierno del presidente Maduro.
Ante la
pregunta de si esta consulta es vinculante la oposición de derecha afirma: “Recuerden,
es una consulta popular, un mecanismo previsto en la Constitución como ejercicio
de la democracia participativa. No es una elección. Por tanto, no
necesita ser validada por Consejo Nacional Electoral, porque además se
está en el contexto de aplicación de los artículos 333 y 350.” Dicen
además que: “Es un acto de desobediencia civil. Un acto de rebeldía frente a
las acciones inconstitucionales del gobierno. Es una demostración de fuerza y soberanía
popular ante la ruptura del hilo constitucional.”[1]
Pero la perfectibilidad
de la democracia se logra con más democracia, no buscando atajos que
desconozcan los demás poderes, pretender
sustituirlos, no es más que un golpe a la institucionalidad, a la
democracia, llevando a profundizar la situación de crisis política actual, nada
tiene que ver su apuesta con el rescate de
la democracia.
Por otra
parte quien convoca a este mecanismo carece de sustento constitucional, es una Asamblea
Nacional (Congreso) declarada en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia, lo
que implica que sus actos mientras permanezca esta condición son nulos.
Respecto a
la figura de plebiscito, ésta no existe en la constitución Venezolana, no puede
entonces una consulta más emparentada con una encuesta, ser elevada al estatus
de mecanismo de participación popular, ni utilizarse como mecanismo de decisión
para revocar poderes públicos, en términos procedimentales la convocatoria
opositora nos lleva a un limbo sobre el mecanismo a segur después que las
personas voten. Un punto bien controversial es que la oposición de derecha se
convierte en juez y parte, es quien convoca y a la vez hace el escrutinio, y de
resultar según su veredicto victoriosos, se proclamarían como gobierno de
transición. Está en cuestión la “imparcialidad” del actor frente a los
resultados. ¿Qué pasará si hay personas
que decidan votar no en esta consulta? ¿suponen que todo ciudadano que
participe asume la postura de la oposición?, ¿es entonces una consulta interna
de la oposición y sus simpatizantes?. La única respuesta cierta es que estamos
ante un abierto desconocimiento del poder electoral, órgano que justo proclamo
su victoria en las elecciones del 09 de diciembre de 2015 cuando lograron tomar
la mayoría del parlamento Venezolano.
Suponiendo
que estuviésemos ante un plebiscito, sería un plebiscito que transgrede los límites
de este tipo de instrumentos porque pretende reconfigurar los poderes del Estado.
Después de
100 días de violencia fascista que se ha saldado con la muerte por incineración
de jóvenes señalados como chavistas, o la destrucción de infraestructucturas civiles,
la oposición busca con esta consulta afianzar la instrumentalización de los
mecanismos de la lucha no violenta entre ellos la desobediencia civil, pero de
una manera donde la coherencia entre fines y medios -exigencia fundamental del
fundamento filosófico de la lucha no violenta - está en entredicho. Los fines opositores
no es lograr el bienestar generalizado o de justicia, por el contrario los
sectores que promueven retóricamente la desobediencia civil, se encuentran
asociados a hechos de violencia con rasgos fascistas, representan un grupo privilegiado de poder económico,
así hayan perdido el control del Estado.
Estamos en
presencia de una contrarrevolución, no estamos ante una lucha por una humanidad
humanizada, su objetivo es devolver privilegios a un particular sector de la
sociedad. Combinan en este momento las luchas de consulta “democrática” con
acciones de violencia, mientras anuncian que no permitirán la realización de
las elecciones para constituyente el 30 de julio. Lo que les importa es
legitimar sus voces y deslegitimar el gobierno.
Este
mecanismo es ilegítimo porque se abrogan justo la voz de la totalidad de los
ciudadanos, ignorando un gran sector social que en diversas encuestas ha
afirmado respaldar la Asamblea Constituyente. Quieren imponer como mayoría su caudal electoral fijo y firme, el
cual siempre nunca ha votado por una oferta programática sino por la agregación
emocional de rechazo al Chavismo; el problema es que antes y ahora desconocen
el chavismo como fuerza popular y electoral.
La
consulta del domingo 16 de julio de este 2017, pretende en esencia deslegitimar al Gobierno Bolivariano y los demás
poderes públicos, afianzando así su apuesta hacia lo que llaman un gobierno de transición o una
gran coalición nacional.
Pero
nuevamente llevan a sus seguidores a otra frustración, porque en lo inmediato
el presidente Nicolás Maduro continuará siendo el presidente de la República, la
fuerza de la derecha venezolana no permea las Fuerzas Armadas Bolivarianas,
tampoco los mayoritarios sectores populares se suman a su apuesta insurreccional.
Con el
nivel de datos que hemos tejido en nuestro trabajo de información y análisis,
podemos afirmar que es improbable que el presidente Nicolás Maduro caiga, la oposición de derecha no tiene propuesta de país, tienen problemas de liderazgo, no logran ser
creativos y siguen siendo reactivos en el escenario político, una acción del
gobierno una respuesta, les fijaron calendario electoral para gobernadores y
alcaldes y lo rechazaron. Derrocar a Maduro por el camino del golpe es abrir un
camino largo de inestabilidad política, la posibilidad de la paz es el chavismo
en el poder, por lo menos hasta que se realicen las elecciones presidenciales del
2018.
[1] http://www.el-nacional.com/noticias/oposicion/claves-para-entender-plebiscito-convocado-por-mud-para-este-16j_191348
Mejor le decimos SÍ a la Asamblea Nacional Constituyente!
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